La música estimula el cerebro para la creación de nuevas ideas al igual que para conciliar el sueno. Nos ayuda, dependiendo del género musical y tipo de melodía, a gestionar el estrés o nos hace sentir vivos.
Un arte que nos acompaña y que ha dejado rastros de su presencia desde los primeros pasos del ser humano sobre la Tierra. No sabemos prescindir de ella.
Esta reflexión nos lleva a la conclusión de que la música es tan importante para el ser humano porque conecta con su faceta espiritual. La música se interpreta con instrumentos y se escucha con los oídos, pero va mucho más allá de ondas sonoras.
La música nos acerca a la dimensión espiritual de la persona porque es una realidad que supera la misma materia y nos predispone a una dimensión humana superior de apertura a la trascendencia y de contacto con los demás.
Es fundamental para nuestro crecimiento personal. ¡Disfruten de la música!
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